Los que el algoritmo me enseñó (a la fuerza)

Durante unos años, viví de generar contenidos adaptados al algoritmo de Facebook, derivando tráfico desde esa red social a sitios web monetizados con publicidad.
No hablo de un post con mil "me gusta". Hablo de 15.000 usuarios recurrentes al día, millones de visitantes al mes, o vídeos de YouTube con más de 20 millones de reproducciones en pocos días.
Hoy día parece mentira, pero si tenías seguidores suficientes podías enviar miles de visitas simultáneas desde Facebook a tu web.
De hecho, el primer año uno de nuestros mayores retos era conseguir que la web no se cayera.
El algoritmo no está encerrado contigo, tú estás encerrado en el algoritmo
La mayoría de publicaciones funcionaban genial. Cuidábamos cada detalle del manual de clickbaiting y viralidad de Upworthy: los títulos, las imágenes destacadas, etc.
Pensábamos que dominábamos el algoritmo pero realmente nos controlaba él más a nosotros, ya que cualquier cambio nos mandaba todo el negocio para el suelo.
Y así fue.
De un día para otro, Mark Zuckerberg anunció que el futuro del timeline era el vídeo. Y al mismo tiempo, dejó claro que aquello de derivar tráfico a sitios web externos poco menos que se había terminado.
Lo que pensábamos que era "dominar el algoritmo" no era más que estar haciéndonos cada vez más dependientes de algo que se escapaba por mucho de nuestro control.
Lo veo también como a cada Core Update de Google cunde el pánico entre SEOs de todo el mundo o cuando Linkedin también anunció una supuesta supremacía del contenido en video en los próximos años.
La trampa de la obsesión con los algoritmos
Hoy seguimos cayendo en lo mismo: obsesionarnos con las fórmulas mágicas.
- La mejor hora de publicación.
- El número exacto de posts al día.
- La estructura que supuestamente hace que "funcione".
El resultado es un efecto plantilla: contenidos uniformes, intercambiables, sin apenas espacio para la espontaneidad.
Lo que nunca hay que olvidar
Aunque entender cómo funcionan los canales de distribución es importante, conviene recordar varias cosas:
- Las redes necesitan contenido infinito, por lo tanto bajan el listón para que el contenido que funcione sea el que pueda generar el usuario más tonto de la red. Con los LLms esto se ha multiplicado para mal.
- Sus intereses no son los tuyos: pueden cambiar las reglas de un día para otro.
- El contenido encajado en plantilla nunca es contenido de calidad. El contenido brillante y que llama la atención siempre se salta alguna norma preestablecida.
- Ser viral puntualmente no vale casi nada. Lo difícil (y valioso) es construir una audiencia sostenida.
- Tus seguidores en redes no te pertenecen. Si quieres depender de una audiencia, mejor consigue su email o su teléfono.
Ser viral puntualmente no te aporta nada más allá de ganar algunos seguidores de baja calidad.
Es mejor construir una audiencia de manera sostenida que realmente conecte con tus contenidos.
Esto es muy difícil de conseguir con contenido impersonal que sigue una plantilla para encajar con criterios algorítmicos.
Tus seguidores en redes sociales no te pertenecen y pueden esfumarse de un día para otro. Si de verdad dependes de una audiencia, consigue que te den su email.
Soundtrack: Sky is Falling - Blackalicious